domingo, 29 de octubre de 2017

CON ITINERE SAPIENS AL OPORTO ANTIGUO Y SEÑORIAL


Decidimos  ir a Oporto. Uno nunca se cansa  de visitarla. Cada día descubres algo nuevo en esta ciudad. Porto, como se dice: ¡ Tan  cerca y tan lejos... !
Nos fuimos en comboio desde Valença. Como dí a canción: Qué gosto da viaxar cando se vai no tren...

En la estación de San Bento ( situada en el centro de la ciudad) nos bajamos. El edificio actual fue contruido sobre las ruinas de un convento del S.IX, el convento de San Bento do Ave María.
En sus paredes nos guarda una joya: 20.000 azulejos que forman  mosaicos que nos cuentan la historia y costumbres de Portugal.  Una auténtica maravilla.





 Nos dirigimos para visitar a Sé o Catedral. En sus aledaños, encontramos a un amigo que nos da la bienvenida a su ciudad.



Primer conde portucalense o de Portugal (868-873). Vimara Peres

Hijo de Pedro Theon, noble perteneciente a la curia regia.
Como vasallo de Alfonso III de Asturias, avanzó al sur del río Miño hasta alcanzar el valle del río Duero en las tierras del actual Portugal. Tras conquistar Oporto a los musulmanes fue nombrado conde de Portu Cale (Oporto) en el 868¹. Fundó también la localidad de Vimaranis (por su nombre Vimara), la actual Guimaraes, cerca de Braga.


 La Catedral. Fachada principal.


Nave central. Románica en un principio,(s.XII), gótica después, y sufrio varias reconstrucciones, siendo  barroca la mayor parte.

El claustro gótico, muy interesante. Decorado con azulejos, con motivos religiosos.




El reverendísimo e ilustrísimo Sr. Deán, rezando el breviario.


Proseguimos la visita y nos vamos a otras estancias

El atesanato del techo del salón noble.


Santiago, non indica la salida y el  fnal de la visita, no sin antes, darnos una recomendación: Hijos mios, hacer  los votos de pobreza y caridad.



Enfrente de la fachada da Sé, está O Pelourinho, el Rollo de Justicia. Aquí aplicaban la famosa frase: El que se mueva no sale en la foto.


Bajamos, rúa a través, hacia la plaza de la Bolsa y a la Ribeira, por el barrio de Pena Ventosa.





 Se está recuperando el barrio urbanísticamente.


Curiosa colección de timbres.

Dejamos Pena Ventosa con sus rúas empinadas y tortuosas y llegamos a la plaza de la Bolsa

El Palacio de la Bolsa .Sede de la Cámara de Comercio. Edificio neoclásico inaugurado en 1891


La escalinata central



En el Salón de las Naciones se hacían las transaciones bursátiles




 El  Salón Árabe, de 315 m2. inspirado en la Alhambra. Se usa para recepciones oficiales y particulares.
El lujo de la estancia, fue en su día, la demostración del poderío incipiente de la clase mercantil sobre el poder eclesiático.
El grupo Itínere, satisfechos por las ganancias bursátiles del día, nos dirigimos al edificio anexso.
La Iglesia de San Francisco:




En las fachadas se pueden observar los diferentes estilos. Desde el románico, gótico y barroco.
Se empezó a construir en el s.XIV y se acabó en 1410.


Interior. Nave central y altar mayor. Se recubrió el interior de madera construido por imagineros y se empleó 160 años y 300 kg. de pan de oro.


El altar del arbol de Jesé (el sueño de Jacob). Es de lo más admirado de esta iglesia.


Este altar está dedicado a los Mártires franciscanos de Marruecos

En la iglesia adjunta de la Tercera Orden Franciscana, se encuentran las catacumbas, un cementerio subterráneo.

Las Catacumbas.

Volvemos al mundo de los vivos.

A RIBEIRA


Nos adentramos

Río Duero, río Duero... Aquí Sí, la gente al pasar se para.


                                                                                                                                                       
                                                                                                                         



Con mucho esfuerzo apostamos subir a la parte superior del Puente Don Luiz

Impresionante lo que vemos

Qué paseo


Es dificil salir de aquí.



Después de un trote de horas, es preciso, es conveniente, tomar un oporto vintage para reponer fuerzas

Repuestos. Ya es la hora, porque o comboio non espera, de dirigirnos a la estación de San Bento.

Rosiña, a nosa madriña portuense, dinos adeus e ate outra.

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