Esta
preciosa casa situada al final da Rúa Nova tudense y que aún
conserva el letrero original desde el año 1911, perteneció a las
RELIGIOSAS DEL SAGRADO CORAZÓN DE MARÍA, que en este mismo año,
procedentes de Portugal se instalaron en nuestra ciudad, debido a que
en este país, se instauró la República de 1911.
y que
en su Constitución prohibía la inadmisibilidad de las
congregaciones religiosas y la Compañía de Jesús.
Esta
Congregación, que aquí le llamaban las religiosas francesas,
efectivamente fue fundada en Béziers (Francia), cerca de
Montpellier, por esa zona. La fundó el sacerdote Jean Gailhac y
Apollonie Pélissier.
Apollonie
Pélissier.
Otras
ordenes religiosas, por las mismas causas, se instalaron en TUI – (
Las Doroteas, las Franciscanas de Paz y Bien, Franciscanas Misioneras
de María, Los Franciscanos- que construyeron para su seminario, el
edificio en el que hoy alberga el Instituto San Paio- y los Maristas
portugueses instalados en la Lagarteira.
Las religiosas de Sagrado Corazón de María,
funcionó
desde el primer momento como un internado.
En
1911, había solamente cinco alumnas, pero más adelante llegó a
sesenta ( todas de origen portugués), también asistían a clase
algunas españolas.
El
internado, en 1920, como el gobierno portugués autorizó la vuelta a
Portugal de las ordenes religiosas. Estas, fueron las primeras en
trasladarse y se instalaron en Espinho.
El
noviciado, estaba instalado en la casa contigua que lindaba hacia la
parte alta-Rúa Nova-
El
primer ingreso de toma de hábito, fue el primero de noviembre de
1917.
Luego
este NOVICIADO, se trasladó en 1933 a Guimaraes.
Tenían
otra casa, más baja, que lindaba, con la calle Antero Rubín,
destinada a las religiosas mayores y a las enfermas.
La historia de esta casa sigue...
Esta
casa del AVE MARÍA PURÍSIMA, fue adquirida por el Sr. Pérez
Fiallo, un magistrado portugués, que más tarde, allá por 1955, la
heredaría su hija.
por
el año 1958, se constituye en Tui un “COMITÉ” presidido por
D. Esteban Areses, y su objetivo era recaudar un dinero para donarle a
D. Manuel Caramés, jefe de la Aduana tudense, por las atenciones
que ha tenido siempre con esta ciudad y por favorecer a nuestro
comercio, la casa del Ave María Purísima. Más tarde, efectivamente fue
adquirida y donada a D. Manuel.
Y ya esta casa cumplida su misión religiosa, pasó a llamarse: La casa de Caramés. Las religiosas francesas pasaron a la historia. Aún hoy, pocos conocen su procedencia.
Y ya esta casa cumplida su misión religiosa, pasó a llamarse: La casa de Caramés. Las religiosas francesas pasaron a la historia. Aún hoy, pocos conocen su procedencia.
Con
los años, la hija y heredera de D. Manuel Caramés, la vendió a una
ciudadana de Tui, quien hizo un excelente trabajo de rehabilitación.
Quiero
agradecer al Hermano
Marista José Pérez López,
amante de la historia, que investigó con denuedo, el origen de esta
casa y a las religiosas quienes la habitaron.
Así
mismo a Fernando Cendón
que también me aportó datos para este trabajo.