domingo, 1 de abril de 2012

FEDERICO GARCÍA LORCA Y LOS LIBROS




Hace unos días, el 29 de marzo de 2012 concretamente, estuve en Granada en un viaje cultural de Mundo Senior o del Inserso, como se quiera llamar, y una de las visitas era a la casa de Federico García Lorca en Valderrubio, en donde vivió , y pueblo cercano a su natal Fuente Vaqueros.
Nuestra guía, lorquiana hasta la médula, y una enamorada de los libros, en una animada charla sobre el gran poeta, me facilitó esta alocución que Federico pronunció en su pueblo natal de Fuente Vaqueros en la inauguración de la biblioteca de este pueblo en septiembre de 1931, y que después de 81 años, tiene hoy en día plena vigencia.


ALOCUCIÓN DE FEDERERICO GARCÍA LORCA EN FUENTE VAQUEROS (Granada) SEPT. 1931.

“No tengo nunca un libro, porque regalo cuantos compro, que son infinitos, y por eso estoy aquí honrado y contento de inaugurar esta biblioteca del pueblo, la primera seguramente en toda la provincia de Granada.”

“No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro. Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos.
Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan.
Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio del Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social.”

“Yo tengo mucha más lástima de un hombre que quiere saber y no puede, que de un hambriento. Porque un hambriento puede calmar su hambre fácilmente con un pedazo de pan o con unas frutas, pero un hombre que tiene ansia de saber y no tiene medios, sufre una terrible agonía porque son libros, libros, muchos libros los que necesita y ¿dónde están esos libros?”

“¡Libros! ¡Libros! Hace aquí una palabra mágica que equivale a decir: , y que debían los pueblos pedir como piden pan o como anhelan la lluvia para sus sementeras. Porque la agonía física, biológica, natural de un cuerpo por hambre, sed o frío, dura poco, pero la agonía del alma insatisfecha dura toda la vida.

“Decía Menéndez Pidal: Cultura. Cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz.”